Sentada
en aquella pequeña cafetería, miraba a través del móvil. La gente estaba
sentada a su aire en las pocas mesas que había, y en la barra no cabía ni un
alfiler. Yo poseía una de las mesas de la esquina para mí solita. Siempre que
llegaba, estaba vacía, y yo la ocupaba sin mirar más.
Ahora
como todas las mañanas ahí estaba de nuevo. Sentada en mi mesa observando mi
único objetivo. Aquella mujer de cola mal hecha y ropa descuidada no se lo
merecía. Él la miraba con adoración, pero ella no le hacía ni caso. Se tomaba
el café en apenas dos minutos y revisaba no sé qué papeles.
Todos
los días la misma rutina, todos los días mi rabia contenida afloraba más. Él se
quedaba esperando a que ella pagara la cuenta, sin molestar, en silencio, con
las manos en los costados y su mirada curiosa revisando el local. Alguna vez
nuestras miradas se han cruzado, y una sonrisa me ha devuelto la mía.
Una vez
incluso su pequeña manita me saludó, con timidez, yo le devolví el saludo, pero
su madre le regañó, con no sé qué molestar a los desconocidos. Desde entonces
solo ha habido miradas y sonrisas robadas.
Ella no
se lo merece, no le hace el menor caso, no lo cuida, ni lo mima como yo lo
haría. Ella es una madre sin corazón, que apenas presta atención al mayor tesoro
que tiene.
Pero yo
soy paciente, alguna vez que otra, él ha entrado en el baño, solo espero mi
oportunidad. La próxima vez allí estaré yo para darle todo lo que esa mujer no
sabe darle.
Ya se
van, ella le coge la mano y le acaricia el pelo, sé que lo hace solo para que
nadie pueda decir que no lo quiere, es una representación a la galería que la
observa, pero a mí no me engaña.
Ya han
pasado los mejores cinco minutos del día. Ahora toca adelantar el reloj. Mañana
será mi momento, mañana seré madre de nuevo.
¡¡Vaya loca!! ¡¡Qué miedito!! Has escrito un relato terrorífico, no por lo que pasa, sino por lo que insinúa. Porque además estoy segura de que la madre es una madre normal y corriente que quiere a su hijo y a veces pasa de él como todas hemos hecho, pero la que observa menudo miedo da.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un beso.
Pues si, la verdad es que hay gente que da miedo. Pero nunca se sabe a quien tienes al lado. Y en este caso, ella cree que es justificado...
EliminarUn besillo.
Qué inquietante, me deja hasta mal cuerpo solo de imaginar lo que le pasa a esta mujer por la cabeza. Nunca sabemos quien nos está observando...
ResponderEliminarEstupendo relato.
Tienes razón, nunca sabemos quien está detrás de nosotros. Y auqneu por mucho cuidado que pongas, luego pasan cosas horribles.
EliminarMuchas gracias.
Un besillo.
Pues cuando la madre riñe a su hijo diciéndole que no moleste a los desconocidos tenía razón, porque sin saberlo hay una persona que va a llevar al extremo su frustración. Que miedo el tema de los secuestros. No se puede juzgar a una madre ni a nadie por cinco minutos al día, es posible que en casa sea la mujer más cariñosa del mundo. Además creo que la realidad es bastante subjetiva, sólo sabemos la versión de la secuestradora, pero es posible que esté alterada.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, es sobrecogedor!! Un besito :))
Generalmente no solemos dar nuestra mejor cara al exterior. Nunca se sabe lo que hace una madre por sus hijos, como yo siempre digo, lo que pasa dentro de una casa nunca se sabe. La información está sesgada, ya que la protagonista es la secuestradora, y muy cuerda no parece que esté.
EliminarUn besillo.
Sobrecoge pensar que la que observa a mujer con la niña tenga en su mente un secuestro. Yo no tengo niños pequeños, pero si tendría, no los soltaría de la mano. Muy buen relato llevado al suspense. Un abrazo.
ResponderEliminarUfff nunca se sabe lo que puede pasar con niños pequeños. En un momento se sueltan y se han cruzado la acera. Son imprevisibles, ha que tener mil ojos y enseñarles bien que tienen que hacer.
EliminarUn besillo.
Madre mía, uf, me has puesto los pelos de punta, y quien sabe lo que querría aquella mujer, aunque no es difícil de imaginar, nada bueno.
ResponderEliminarun beso.
Pues nada bueno, por lo menos para esa madre y su hijo, porque creo que en su cabeza si es algo bueno.
EliminarUn besillo.
Qué mal rollito me da esta mujer, creo que no anda muy centrada y tiene ideas "raras". Temo lo que pueda llegar a hacer si se sale con la suya...
ResponderEliminarMuy bueno, María. Has ido dándonos detalles en el relato hasta comprender por completo de qué se trataba y convertir la escena cotidiana que nos habías mostrado en un escenario de pesadilla. ¡Genial el giro!
Un besillo de lunes.
Pues si, si al final se sale con la suya da mucho miedo. El problema es que situaciones como esta se viven a menudo y da mucho miedo.
EliminarUn besillo.
Cúanto poema y realidad hay en tus textos
ResponderEliminarMe inundas de ellos
Muchas gracias por tus palabras.
EliminarUn besillo.
La verdad, intuyo que esa "madre postiza" no se podía esperar nada bueno. Un micro relato, en el que nada es lo que parece. Nuestros padres nos lo decían "nunca hables con desconocidos"...
ResponderEliminarMuy bueno, de verdad.
Pues la verdad es que lo de no hablar con desconocidos creo que todos intentamos inculcárselo a nuestros hijos, pero parece ser que no es suficiente en algunos casos, aunque no sabemos lo que hará el niño en este caso.
EliminarGracias por tus palabras.
Un besillo.
Ufffff qué mal rollo me ha dado. Cuando mis hijos eran pequeños me daba terror que alguien quisiera llevármelos, era pelín paranoica, jejeje.
ResponderEliminarBesos y me ha encantado.
A veces es mejor ser un pelín paranoica que no serlo, eso te salva de algunas situaciones que no te gustaría tener que vivir.
EliminarUn besillo.
La virgen, el relato me ha parecido genial pero tiene ese algo frío, que te revuelve las tripas. Consigues introducirnos en la mente de la observadora, pero logrando que el lector note su paranoia extrema y sienta un rechazo natural hacia lo que expone. Pobre mujer –la madre– lo que le espera como se despiste, jaja. Desde luego, nunca sabes a quien tienes al lado, y eso da que pensar. Un fortísimo abrazo! ; )
ResponderEliminarPues no, nunca sabes a quien tienes al lado y eso da un poco de miedito.
EliminarPero bueno, espero que no se despiste y que tenga a su hijo en constante vigilancia.
Un fortísimo besillo, jeje.