Para
quien no lo sepa, hace unos meses empecé un curso de corrector. Llevo ya un tiempo
dándole vueltas y al final he decidido formarme para ello. Por si alguien está
interesado, lo estoy haciendo en Cálamo y Cran. Echadle un vistazo,
hay cursos muy interesantes.
Pero no
he venido a hacer una publicidad de algo que me va bien. Sino para hacer una
reflexión sobre lo que estoy descubriendo en el mundo de la corrección.
Yo he
estudiado Filología Hispánica, así que juego con un poco de ventaja, es decir,
la gramática, y la ortografía no son algo ajeno a mi persona. Lo tengo tan
interiorizado que cuando me pongo a estudiar de nuevo y a buscar en mis libros
de ortografía o gramática, tengo dudas. Sin embargo sí lo escribo sin pensar
suelo hacerlo bien. No me echo flores, es así. Aunque también he de decir que
tengo errores, erratas y dudas que me asaltan en mitad de la noche dejando mi
almohada llena de porqué y síes que no sé si acentuar o no.
Pero
bueno, cuando hago algo me gusta informarme sobre ello. No me gusta hacer las
cosas sobre lo que dice uno o dice el otro, generalmente los sabiondillos del
lugar. Así que antes de meterme de lleno busqué en las universidades, algún
máster o algo homologado que pudiera hacer. Al no encontrarlo, me puse en contacto
con UNICO (Unión de Correctores) para preguntarles directamente. Si alguien lo
tiene que saber, son ellos. Efectivamente, su respuesta fue que no había nada
homologado por la Universidad como título oficial.
Sinceramente,
creo que toda profesión que tiene que ver con la editorial es el eterno
olvidado por las Universidades. Si quieres formarte, tienes que hacerlo por tu
cuenta. Y así lo hice, pregunté por ahí a editores, escritores, y a algún
corrector que me encontré por el camino, y todos me conducían a Cálamo y Cran. Así
que opté por ellos.
Pero
como pasa con estas cosas, ahora me fijo mucho más en los artículos, o entradas
de blogueros, sobre este tema. Y es aberrante lo que puedes llegar a escuchar.
No sé si os pasa a vosotros, pero leer un libro con multitud de erratas, o con
faltas que se podían haber solucionado, duele en el alma. Y sobre todo porque
has pagado por ello, por un libro que debería darte relajación y diversión sin
necesidad de pensar cuando vendrá la próxima.
Pues a
lo que iba, ahora que estoy dentro de este mundillo (acabo de empezar y creo
que aún me queda mucho por aprender), me doy cuenta de lo equivocados que estamos
algunos escritores. Me encuentro con gente que habla de lectores beta como
correctores, o que por el simple hecho de leer tu novela mil veces ya ha pasado
por el mismo filtro que un corrector, o que alguien que ha estudiado Filología
Hispánica ya está preparado para corregir un libro. Nada más lejos de la
realidad, yo he estudiado Hispánica, sé algo de gramática, y estoy segura de
que todo lo que escribo podría pasar por un corrector y encontrar algún error. Aparte
de que no me siento preparada para corregir solo con esa formación.
Y lo
peor es que te encuentras con páginas que se dedican a la formación de
escritores, o a los escritores en general, páginas con multitud de seguidores,
de escritores con su primera novela, ansiosos por publicar que leen este tipo
de consejos y los siguen porque no han escuchado otra cosa. Y me parece que se
trata de intrusismo laboral. A lo mejor me meto donde no me llaman, pero creo
que hay que dejar a los profesionales que hagan su trabajo. Nuestro libro nos
lo agradecerá, y seguro que tendrá muchos más lectores.
El otro
día escuché una entrevista a Antonio Martín (fundador de Cálamo y Cran) en El café de la tarde. Y te explica muy
bien cuál es la función de un corrector y de qué trata su trabajo. A mí me ha
encantado y lo expone mucho mejor que yo, que aún soy profana en esto.
Pero
bueno, esto es solo una reflexión de lo que me he encontrado. Una pequeña
opinión en un mar de personas que se dedican a esto. Donde los escritores noveles
nos perdemos entre un sinfín de información que se contradice. Solo creo que
hay que buscar y no conformarse con lo más fácil ni lo más rápido.
Por lo que se lee a veces, estoy segura de que hay editoriales que no saben lo que es un corrector o el que tienen se ha demenciado. No voy a poner ejemplos, pero he leído algún libro con todo tipo de faltas: de sintaxis, de redacción, gramaticales, de ortografía... etc.
ResponderEliminarYa es triste que un escritor entregue algo así a la editorial, pero que esta lo publique tal cual... Todos podemos cometer errores (le v y la b están muy cerca en el teclado), pero cuando un error es repetido, no es error, es ERROR.
Interesante lo que reflexionas hoy.
Un beso.
Creo que es una figura a la que no se le da mucha importancia y por ahorrar costes. También está la autoublicación, que puedes decidir en que te gastas el dinero. Para mí es fundamental que un libro salga sin erratas o errores, o por lo menos las mínimas, como bien dices existen errores y ERRORES.
EliminarUn besillo.
Qué interesante todo lo que dices, he leído libros que hace que me duelan los HOGOS, jejeje.
ResponderEliminarBesos y dime; entre esos blogs con faltas, ¿está el mío?
Ayyyy que dolor. Te falta una n, o aggggg. Jejeje.
EliminarTu blog está muy bien. Sino no seguiría leyéndote. No te preocupes, si algún día encuentro una falta te lo diré. No suelo ser de las que se callan, jejeje.
Un besillo.
Desde luego, zapatero a tus zapatos, y lo ideal siempre es contar con profesionales en cada una de los aspectos de un libro, desde maquetación, ilustración y desde luego un corrector que revise no solo las faltas ortográficas, sino la homogeneidad del estilo y la puntuación. Me guardo la entrevista! Saludos!
ResponderEliminarPues si, como bien dices, profesionales para todo. Un libro es mucho trabajo y no somos expertos en todo lo que conlleva.
EliminarUn besillo.
Un articulo genial Maria, me ha gustado mucho y refleja a la perfección el mome to en el que te encuentras. Haces muy bien en seguir formandote, y ya veras como acabas el curso y aprendes muchísimo. Un fuerte abrazo!; )
ResponderEliminarMuchas gracias. La verdad es que si, refleja por todo lo que estoy viviendo ahora. Y la verdad es que me encanta aprender cosas nuevas.
EliminarUn besillo.
Ciertamente es mucho más frecuente de lo que uno podría imaginar encontrar gazapos tipográficos incluso en novelas editadas por editoriales de prestigio. Si son uno o dos entra dentro de la normalidad (todo error es humano) pero ya es alarmante cuando se trata de errores de otra índole que no deberían suceder con escritores con cierto bagaje.
ResponderEliminarCuando uno se autoedita, por mucho que revise su propio texto, siempre (por desgracia) se cuela uno de esos gazapos. Un corta y pega en el manuscrito original ha dejado bailando una preposición que no debería estar o bien que ha desaparecido. Los entendidos siempre recomiendan dejar tu libro en manos de un experto corrector, pero no deja de representar un gasto adicional que no siempre estamos dispuestos a corre con él.
Me consta que muchos escritores "profesionales" son objeto de enmiendas por correctores de estilo de los que dispone la propia editorial.
Evidentemente la profesión de corrector es muy importante pues pueden haber escritores con mucho ingenio pero con pocas tablas.
Cuando hayas terminado el curso me imagino que verás muchos más fallos en lo que nosotros escribimos, jeje
Un beso.
Pues la verdad es que me fijo mucho e los errores de los demás y en los míos propios. Es verdad que soy muy mala corrigiendo mis txtos, porque cuando los escribo no me gusta repasarlos. Me ha costado mucho llegar a eso. Y ahora que lo hago, aun así se queda siempre algo por ahí que no he visto.
EliminarUn corrector de estilo no debería cambiar nunca el estilo del autor, tenga bagage o no lo tenga.
Y cuando se autopublica, creo qeu ahorrarse deinero en u corrector es perder dinero después. Aunque claro, esta es mi opinión. No quiere decir que sea una verdad absoluta.
Un besillo.
Me parece que es esencial tener un buen corrector porque sin él corres el riesgo de que tú libro no tenga tanto eco o publicidad, de modo que me parece algo muy necesario.
ResponderEliminarYo soy de las que alguna vez me han corregido al escribir el blog o algún relato y no me ha molestado al contrario, lo agradezco, porque cualquier edad es buena para enmendar y aprender, que nadie es perfecto ni debe pretenderlo. un beso. TERE.
Yo también agradezco que me corrijan. Si puedo cambiar algo en lo que me he equivocado, mejor que el que lo lean unas cuantas personas más.
EliminarUn besillo.