Las
luces de la casa están todas apagadas. Ni un ruido, salvo los escasos coches
que pasan por la carretera a la que da mi ventana. Yo estoy tumbada en mi
precioso sofá impoluto que me costó una pasta. Hoy toca noche de miedo, así que
sofá, palomitas y manta. La película va por la mitad cuando suena un mensaje en
el teléfono.
No lo
miro, pero suena otro detrás, y otro y otro. Esta es mi amiga Eva que no sabe
escribir una frase en un solo mensaje. Paro la película y miro el móvil con un
suspiro de desesperación ¿Por qué no la dejarán a una tranquila? Debería apagar
el teléfono o quitarle el sonido, pero no puedo evitarlo, al final la
curiosidad me puede.
Efectivamente
es Eva, preguntándome que hago y contándome algo de un absurdo programa que
está viendo en televisión. No veo los programas de televisión, así que no sé de
lo que me está hablando.
Le digo
que estoy viendo una peli de miedo y dejo el móvil al otro lado del sofá. A los
dos minutos y tres chillidos después de la protagonista asustada, vuelve a
sonar el móvil. Es Eva de nuevo, pero no lo cojo. A los más de diez pitidos del
móvil más tarde, decido contestarle para decirle que me deje en paz.
Otra
vez me habla de ese reality y de que está pensando en apuntarse y me amenaza
con venir. No le hago mucho caso a toda la explicación que me da y le digo que sí
que se apunte, y que me deje en paz que estoy viendo una película, que mañana
tengo que madrugar y no voy a acabar hasta la una.
Parece
que lo entiende, porque deja de mandarme mensajes. Sigo viendo la película
hasta que diez minutos antes de acabar suena el timbre de casa. Instintivamente
miro el reloj. Va a ser mi vecino que otra vez se ha dejado las llaves dentro y
quiere mi copia. No creo que Eva se haya atrevido a venir al final.
Cuando
miro por la mirilla, la veo a ella. Abro la puerta exasperada y cuando le voy a
echar el rapapolvo del siglo, acerca un trapo a mi boca y cierra tras de sí con
un portazo. Antes de caer redonda al suelo oigo un perdón, y no sé qué de un
programa de televisión. Tendría que haber prestado más atención.
Ayyyyy es qu elos programas y las series nos están comiendo el coco cosa mala.
ResponderEliminarComo siempre me ha encantado.
Besos.
Pues si, yo la verdad es que no veo ya ninguno. Me he decantado por las series y las películas.
EliminarUn besillo.
¡¡Madre mía, qué mal rollo!! Con los programas que se estilan por ahí, a saber en cuál habrá caído Eva y qué barbaridad tendrá que hacer para triunfar. No creo que la narradora nos lo pueda contar. Habrá que imaginarlo. Yo ya estoy en ello...
ResponderEliminarUn beso.
Pues la verdad es que hay programas absurdos para aburrir. A algún directivo se le habrá ocurrido alguna estupidez...
EliminarUn besillo.
Estoy totalmente de acuerdo con Rosa, que mal rollo. No sabría decir por qué, pero creo que la narradora no va a acabar demasiado bien... Y vaya pedazo de amiga, madre mía. Espero que el reality no fuera asesinar a alguien cercano... Un fuerte abrazo! ; )
ResponderEliminarPues la amiga con tal de conseguir la fama llega donde sea. Un poco de mal rollo si que da. Yo es que ya no veo nada la tele pero cuando oigo comentar los programas me echo las manos a la cabeza.
EliminarUn besillo.
No te puedes fiar de nadie y menos si participa en un programa de televisión en los que todo vale. Como dice Rosa a saber qué le pasará.
ResponderEliminarUn beso
Pues si, a saber que pasará. Es que la fama cuesta y hay mucha gente que hace lo que sea por conseguirla.
EliminarUn besillo.
Posiblemente ese programa contenía algo del Rol y eso es lo que le han enviado a hacer. Ahora la narradora ya no podrá contar lo que pasó. Un abrazo
ResponderEliminarPuede ser, la verdad es que da un poquito de miedo.
EliminarUn besillo.
Estoy con María del Carmen en que se trata de un juego de rol. Solo espero que no acabe dramáticamente. Hay quien está dispuesto a cualquier cosa a cambio de notoriedad o un premio.
ResponderEliminarUn relato que me ha sorprendido muy agradablemente, pues no esperaba ese giro final, un final que, además, queda abierto.
Un beso.
P.D.- Yo tampoco soporto quienes no saben escribir un texto por WhatsApp de un tirón y lo convierten en una sucesión de pequeños (y pesados) mensajes con sus correspondientes señales acústicas, grrrr.
Jajajaja a mí me pasa como a ti y a la prota. Yo a veces lo hago por fastidiar a quien me lo hace a mí, epro no da resultado. En cuanto al relato, no hace falta que exista un juego de rol de por medio. Bastantes estupideces piden en los realitys actuales, como para pensar que no pidan algo más...
EliminarUn besillo.
La fama, ¡que mala es!
ResponderEliminarEspero que no le haga nada terrible solo para ganar popularidad, pero bueno, viendo como van las cosas, uno puede esperar cualquier cosa.
Muy bueno María, un final inesperado.
Besos.
Pues si, tú lo has dicho, la fama cuesta y nunca se sabe hasta donde es capaz de llegar la gente para conseguirla.
EliminarUn besillo.
Pues habrá que ponerse al corriente para ver que están pasando por la tele, para así anticiparse a lo que harán otros influenciados por la insensatez de sus realitys.
ResponderEliminarSaludos y saludes, encantadora!
Si, es que hay realitys que mejor no verlos. Yo por si acaso no veo ninguno.
EliminarUn besillo.
¿Hola? Emm... Dos cosas:
ResponderEliminar1. ¡¡¡¡Ueeeeeeeh!!! Por un instante, mi Imaginación me ha jugado una muy mala pasada... ¡Te prometo que he visto a su Amiga en Modo Zombie! Pero... ¡Nope! ¡Solo ha sido un espejismo! xDD
2. ¡Quiero más! ¿Vale? No creo que sea justo que nos quedes con la intriga... Sep... Ya sé que llevo mucho tiempo sin pasar por aquí... Que no puedo pedir nada... Pero... ¡Leches! ¡Ya sabes que Yo me engancho corriendo a tus Letris! *-*
¡Buah! ¡Muy chuli!
Sobre todo, porque dejas la Emoción para el Final... Y luego... ¡Susto que nos das!
¡Me ha encantado!
¡Muchos Besitines Gigantes! ;)))
Jijijiji como te echaba de menos por este rinconcito. Tus comentarios llenan de vida mi blog.
EliminarY si, es verdad que lo dejé a medias. No sabemos lo que pasará con las dos, pero bueno a lo mejor me decido y hago segunda parte, nunca se sabe...
Un besillo.