— Existe
una leyenda muy antigua, una historia de textos robados, de éxitos
fraudulentos, de escritores olvidados. Hace mucho, mucho tiempo, había una
editorial…
—
Espera, ¿cómo va a ser hace mucho tiempo? Antes las editoriales no existían.
—
Bueno, ya sabes que el tiempo es relativo. No es lo mismo para ti que para mí.
— ¿Cómo
no va a ser lo mismo? Una hora es una hora.
— Bueno
ya, pero no es lo mismo una hora haciendo lo que te gusta, que una hora
aburriéndote.
— Vale.
Puedes seguir. — Dijo no muy convencido.
— Hace
mucho, mucho tiempo, había una editorial famosa en el mundo entero. Todos los
libros que salían con su sello tenían éxitos, los escritores salían en todos
los medios de comunicación y la gente los adoraba como cantantes de rock.
Podías
ir paseando por la calle y la gente iba andando mirando un libro. A veces se
producían accidentes de tráfico por este motivo, aunque nada comparado a lo que
les pasaba a estos escritores.
Los
autores de esos libros solo publicaban un libro bajo ese sello. Lo malo es que
después de eso, no volvían a publicar nada. No había nada de ellos en ninguna
parte y la gente los olvidaba como si no hubieran existido nunca. Sus libros
seguían leyéndose, los encontrabas en todas las librerías. Pero ya nadie
preguntaba por ese escritor. Simplemente desaparecían.
— ¿La
editorial era una mafia?
— ¿Una
mafia?
— Sí,
se los cargaba cuando ya no querían pagarles.
— Nunca
se ha sabido lo que ha pasado con esos escritores, nunca hasta ahora.
—
¿Hasta ahora? ¿Tú lo has averiguado?
— Creo
que sí. O por lo menos eso creo.
— Pues
cuéntamelo.
— Tú
deberías saberlo mejor que yo.
— ¿Yo?
— Sí,
¿te suena este libro? — Levantó un
libro enseñando la portada.
— Pues
la verdad es que no.
— Si te
digo que lo escribiste tú hace veinte años. ¿Me creerías?
— Tú
estás loco. Solo tengo catorce años. ¿Cómo voy a escribir yo eso?
Abrió
una de las páginas al azar y empezó a leer un párrafo cualquiera.
—…cayendo
al suelo. Lo conozco. Sé lo que hay escrito ahí. — continuó el texto que le
leían.
— Claro
que lo sabes, lo has escrito tú. Eso nunca se olvida.
— Eso
es imposible.
Un
revuelo fuera les hizo girar la cabeza a los dos.
— No
tengo mucho tiempo, tengo que irme. Quédatelo. Al fin y al cabo es tuyo. Solo
quiero que sepas que no eres el único, que hay más como tú, muchos más. Y voy a
encontraros a todos.
El
hombre desapareció de la misma manera que había llegado, en silencio y con
rapidez. Un segundo después unos hombres con traje y los padres del chico
entraron en la habitación.
—
¿Estás bien cariño? — Le dijo su madre acariciándole la cara.
— Sí,
mamá. ¿Qué pasa? — Dijo mientras mantenía el libro entre sus manos debajo del
cojín.
— No te
preocupes, el servicio de seguridad había notado algo raro, pero será una falsa
alarma.
Que pasada, María, me ha encantado! Me parece una idea brillante, con un final sorprendente. Un abrazo! ; )
ResponderEliminarMuchas gracias. Cuando la inspiración no está de mi parte surgen estas cosas raras.
EliminarUn besillo.
Es magnifico, enhorabuena besos TERE
ResponderEliminarGracias Tere. Me alegro de que te haya gustado. Un besillo.
EliminarHola. tengo un par de sugerencias para ti. Me gustaría hacértelas llegar, si es de tu interés. Un abrazo,
ResponderEliminarBuenas, me las puedes mandar rellenando el formulario de contacto o en mi correo mariacamprapelaez@gmail.com
EliminarUn abrazo.
Me ha encantado ese diálogo tan ágil, la base del mismo, y el desenlace de la situación.
ResponderEliminarBesos, María
Muchas gracias. La verdad es que salió sin más.
EliminarUn besillo.
Un final sorprendente, acorde con el argumento. ¡Que viva la originalidad, María! Me ha gustado mucho :))
ResponderEliminarUn besillo y feliz finde.
Muchas gracias guapa. Ya ves, cuando uno no está inspirada, salen estas cosas.
EliminarUn besillo.
pero que final tan sorprendente
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro de haberte sorprendido.
EliminarUn besillo.
Me ha encantado María. Un suspense muy bien llevado que no se sabe muy bien hacia donde nos va a conducir, hasta que nos encontramos con el sorprendente final.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Me alegro de haberte sorprendido. Las coasas salen mejor cuando no las planeas, y este fue el caso.
EliminarUn besillo.
Genial. Qué historia más inquietante. Muy buen comienzo, desarrollo y, por supuesto, el final. Me ha encantado, de verdad.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn besillo.
¡Imaginación al poder! Esta historia me trae recuerdos de la película Farenheit 451. aunque poco tenga que ver.
ResponderEliminarBesos
Pues la peli no la he visto. Ummm tendré que echarle un vistazo.
EliminarUn besillo.
La genialidad siempre es sorprendente. Me ha encantado. Me gusta que me sorprendan, jeje
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias. Me has puesto colorada. Genialidad, demasiado grande para mí, ¿no?
EliminarMuchas gracias de verdad.
Un besillo.