Desde
ese día nadie vende barquillos en el parque. Lo que estaba de moda era aquellos
vasitos llenos de fruta saludable que todos compraban con satisfacción. Las
mamás a sus hijos, corredores, los ciclistas,… todos sin excepción.
Meses después el sobrepeso
aumentó a límites insospechados. Todos volvían a por más vasitos, pero nadie
sabía lo que de verdad contenían esos pequeños, saludables y exquisitos trozos
de fruta.
¿A ver si eran gominolas saturadas de azucares?
ResponderEliminarJa,ja,ja. Muy creativo tu pequeño relato. Yo como ciclista hubiera picado al menos en la primera ocasión.
Besos
Jajaja algo llevaba esa fruta indetectable a primera vista, para que no pudieran dejar de comer.
EliminarUn besillo.
Si es que estamos a merced de lo que nos quieran vender. ¿Fruta saludable? Yo diría que algo más llevarían los vasitos...
ResponderEliminarMuy bueno, María. Vengo de leer una reflexión sobre la publicidad engañosa en el blog de Josep y tu micro venía al pelo. ¡Me ha encantado!
Besillos de martes.
Pues tengo que leerlo, jejeje.
EliminarSi a saber que llevarían esos vasitos.
Nunca se sabe lo que nos pueden vender.
Un besillo.
A todos e le puede inyectar sustancias adictivas y proclives a causar obesidad. hay que tener mucho cuidado con lo que se come, ja, ja.
ResponderEliminarUn beso.
Si, la verdad es que hoy en día no sabemos lo que nos comemos. Hay que tener mucho cuidado y leer bien las etiquetas, jejeje.
EliminarUn besillo.
Hola Maria, soy Ricardo.
ResponderEliminarUn micro inquietante, algo escabroso incluso, je. Intenso.
Beso
Jejeje. Si es que esas estrategias de venta dan escalofríos.
EliminarUn besillo.
Ayyyyy a saber lo que llevaban esos trozos de fruta.
ResponderEliminarBesos y me ha encantado, en pocas palabras me has inquietado.
Pues si, a saber. Nunca sabemos exactamente lo que comemos, no como antes al menos, que todo el mundo tenía su propia huerta. Jejeje.
EliminarUn besillo.
Ay! el negocio de lo saludable, todo empezó hace años con lo Light, luego los yogures con sus Omega3, sus trigliceridos... ¡A saber la materia de esa sana, nutritiva y adictiva fruta. Estupendo micro, María. Saludos!!
ResponderEliminarPues si, ya no saben que vendernos que sea sano. Vete tú a saber esa fruta tan nutritiva y sana.
EliminarUn besillo.
Qué fácil es caer en los brazos de la publicidad,... nos dicen lo que queremos oír de un modo que no nos podemos resistir. Estupendo micro María!
ResponderEliminarPues si, saben mucho. pero claro, su trabajo es vendernos.
EliminarUn besillo.
Las modas se imponen queriendo hacernos creer que es para mejor pero detrás de esos cambios pueden esconderse malas intenciones. Lo aparentemente sano puede ser más pernicioso que lo supuestamente insano. El caso es atraer clientes.
ResponderEliminarUn beso.
Si, de cualquier manera, y a veces a cualquier precio.
EliminarUn besillo.
Hola:
ResponderEliminarA día de hoy no sabemos lo que comemos. A veces no te puedes fiar de nada ! Creo que es mejor tirar por ciertas cosas como es compra en la plaza que en ciertas grandes superficies.
Un beso infinito ♥
Pues sí, pero cada vez vamos más por la comodidad que por otra cosa, y eso se nota también en la cesta de la compra.
EliminarUn besillo.
En chile le decimos sopaipilla a una masa redonda frita muy rica. Es comida que se vende en la calle. El asunto es que hay una señora que se instala con su carrito cerca de donde vivo y le va tan bien que llega a ser extraño. Yo creo que le echa cocaína jaja
ResponderEliminarSaludos y saludes!
Ummm pues ya me ha apetecido probarla. Cuantas comidas distintas tenemos en nuestros países.
EliminarEspero que su éxito no se deba a la cocaína, y que sea por lo bien que cocina, jejeje.
Un besillo.
¿Las frutas llevarán Tobacco? –alusión a los Simpsson, jajaja–. Me ha encantado el micro María, el tema de ventas siempre es escabroso. Por fortuna la inteligencia de los consumidores va creciendo, aunque sea a paso de tortuga triposa. Un abrazo compañera de letras! ; )
ResponderEliminarPues no sé lo que llevarán, pero nada bueno seguro.
EliminarVamos creciendo en inteligencia y en leer lo que nos comemos.
Un besillo.