En el
lugar más recóndito de la isla había desaparecido. Mis pies se mojaban con las
suaves olas del mar que venían sin ser llamadas. Los dedos de mis pies se
hundían en aquella arena amarilla y volvían a emerger con cada paso.
Las grandes
hojas de los árboles de la selva se me pegaban a los hombros, a pesar de
intentar esquivarlas. Oía ruidos de animales desconocidos para mí. Abrí los
ojos para encontrarme con una habitación de desconocidos que me llamaban abuela
o mamá. Los cerré corriendo, para buscar en mi isla, aquello que había perdido.
Siempre me he preguntado dónde están quienes entran en coma, si realmente sienten o sueñan algo. Puede que se encuentren en una isla como tu protagonista.
ResponderEliminarBonito micro.
Un abrazo.
Pues puede ser, no sé si algún día lo sepamos. El cerebro humano aún es un gran desconocido.
EliminarUn besillo.
Cuando uno se encuentra en esa situación quizás esté en una isla perdida.Buen micro Maria, un abrazo
ResponderEliminarPuede ser, o también quiere perderse en esa isla.
EliminarUn besillo.
Todo el mundo necesita una isla, la mía es mi familia.
ResponderEliminarBEsos
Y la mía, bonita casualidad.
EliminarUn besillo.
Muy bueno, María y tan sencillito. Cuánto se puede transmitir e insinuar con unas pocas palabras bien escogidas y bien ordenadas.
ResponderEliminarUn beso.
Me alegro de que te guste. Los micros son mi debilidd, me encanta decir mucho en tan poco.
EliminarUn besillo.
hola! muy emocional, y roza bastante el alma. saludosbuhos y te invitamos a la morada y al blog de la ilustradora.
ResponderEliminarUmmm interesante, iré a echar un vistazo. Gracias por la invitación.
EliminarUn besillo.
La isla. Refugio de vida... y de muerte. Ese lugar que solo cada cual sabe encontrar. Muy bueno ese cambio del punto de vista
ResponderEliminarBesos María
Muchas gracias. La verdad es que cada uno tenemos esa pequeña isla donde refugiarnos.
EliminarUn besillo.
Me gusta la metáfora de la isla como símbolo de refugio o de aislamiento buscado al que se desea volver cuando se inunda la habitación o tu vida de gente.
ResponderEliminarUn beso,María.
Es que ese espacio es solo tuyo, y a veces está bien reclamarlo.
EliminarUn besillo.
Qué lata cuando nos hacen volver desde ese rincón de nuestra mente adonde hemos ido a vivir una existencia paralela y, por lo genera, mucho más placentera. No me extraña que tu protagonista se apresurara a cerrar de nuevo los ojos :) Muy bueno, María, y muy evocador.
ResponderEliminar¡Un beso de martes!
Muchas gracias. La verdad es que si. Es una lata, pero tampoco e bueno quedarnos mucho, es bueno un equilibrio entre ambos.
EliminarUn besillo.
Hola María, al final, al comienzo, todos somos una isla...sin duda alguna....
ResponderEliminarGracias, pasa buena noche, besos versados..
Si es una buena manera de verlo.
EliminarUn abrazo.
A pesar de lo que decía John Donne: de que nadie es una isla, a veces si nos refugiamos en ellas, convirtiéndolas en nuestras reservadas burbujas de aislamiento antes los agobios.
ResponderEliminarBesos
Pues si, a veces nos refugiamos en islas que necesitamos ante el día a día de la vida.
EliminarUn besillo.