Suena
el reloj de pared, son las once, campanada tras campanada cuento con él.
Tumbada en la cama, miro el techo, miro la puerta, espero. Nada ocurre. Bajo la
puerta puedo ver ese hilo de luz que viene de fuera. Pero nada más. Miro al
techo, un coche acaba de pasar y ha iluminado la habitación.
Oigo un
ruido y vuelvo a mirar a la puerta, el mismo hilo de luz, nada más. Se me
cierran los ojos, intento vencer al sueño. Una campanada me da la señal de que
al final ha ganado el cansancio. Es la una, ya no hay luz bajo la puerta, sin
embargo el pomo gira, y yo, espero a mi verdugo con el corazón taladrándome el
oído.
Claustrofóbica espera en este genial micro. Juegas muy bien las cartas de intriga, desasosiego, y revelación. Pude sentir las campanadas del reloj y el bombeo del corazón.
ResponderEliminar¡Abrazo, María! ;)
Genial, me alegro llegar tanto a vosotros con la intriga.
EliminarUn besillo Hermano de Letras.
Hola Maria.
ResponderEliminarUn placer volver a leerte.
Un beso
Hola desconocido.
EliminarUn placer volver a tenerte por aquí.
Un beso.
Por favor, María, ¡¡qué miedo!! Recuerda la leyenda de Bécker de "El monte de las ánimas" "Las doce sonaron en el reloj del Postigo...
ResponderEliminarMuy bueno, por breve y por bueno.
Un beso.
Pues aunque me leí las Leyendas hace un montón de años (cuando el romanticismo me corría por las venas como adolescente), no me acordaba de ellas. A pesar de que esa siempre fue mi favorita.
EliminarTendré que volver a releer.
Un besillo.
Nada causa mayor terror que lo que nos pueda sorprender en la cama, cuando más vulnerables somos. Un miedo atávico. Buen micro!!!
ResponderEliminarSi cuando estás en la cama, los miedos te llegan sin avisar, yo me tapo con la sábana, a lo mejor mi monstruo decide irse.
EliminarUn besillo.
Un texto críptico como pocos. Un texto que lleva a la interpretación de cada lector. Un texto que, en mi caso personal, lo sentí como si fuese una niña a la espera, terrible, de su abusador.
ResponderEliminarMás saludos, María!
Me encanta dejar a la imaginación del lector el final de los relatos.
EliminarUN besillo.
Una larga y angustiosa espera. Lo peor: la resignación por lo inevitable.
ResponderEliminarEstupendo micro!
Un abrazo.
Si, creo que la resignación es lo que nos mata. A algunos lentamente y a otros un poco más rápido.
EliminarUn besillo.
Tremenda tensión en poquitas líneas. Chulísimo. ;)
ResponderEliminarBesitos. =)
Muchas gracias guapa. Me alegro haberte puesto en tensión.
EliminarUn besillo.
Un texto de mucha claustofóbia, pensando quien entrará el corazón late más fuerte al son de las campanadas
ResponderEliminarEso es lo qu pretendía que la tensión se instalara en vuestros corazones.
EliminarUn besillo.
Un pedacito de vida, transcurrido en una noche, como a veces sucede, en un estilo impresinante.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu valoración. Encantada de que te guste.
EliminarUn besillo.
Muy bueno María, sientes la angustia del personaje. Y el relato te atrapa hasta el final. Un abrazo, compañera de letras! ; )
ResponderEliminarPues me alegro de que así sea. La intriga en pocas palabras.
EliminarUn besillo.
Muy bueno. El reloj de pared, la noche, la cama... ingredientes perfectos para un estupendo micro inquietante. Y ese final, con el corazón taladrando el oído, sustituyendo las campanadas del reloj por los latidos en aumento.
ResponderEliminarEnhorabuena. Besos
Muchas gracias por pasarte. Al final el corazón ha sustituido completamente al reloj. Hay sonidos que envuelven al resto.
EliminarUn besillo.