El
lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba, se había perdido. Escudriñaba
cada rincón de la casa como un loco en busca de aquel objeto. Tenía su ropa,
sus cuadernos, millones de lápices esparcidos por las habitaciones.
Pero ese con el que cada día le pintaba un corazón en la puerta, no lo encontraba. No era su valor, estaba ya casi gastado y con la marca de sus dientes. Precisamente eso era lo que buscaba. Una parte de ella que aún siguiera viva.
Pero ese con el que cada día le pintaba un corazón en la puerta, no lo encontraba. No era su valor, estaba ya casi gastado y con la marca de sus dientes. Precisamente eso era lo que buscaba. Una parte de ella que aún siguiera viva.
Aun sabiendo que puedo ser reiterativo, una vez más afirmo que tienes un don muy especial para expresar, en una brevedad increíble, unos sentimientos tan tiernos y profundos.
ResponderEliminarQué micro tan bello!
Un abrazo.
Muchas gracias por el halago.
EliminarMe encanta recibir este tipo de comentarios.
Un besillo.
Sensibilidad y ternura en cien palabras.
ResponderEliminarBesos
O en menos, si nos ponemos.
EliminarPero, ¿para que queremos más?
Un besillo.
Ummm... lo he tenido que leer varias veces para tener una idea de quién es el que busca... y no lo tengo claro (y esa es la gracia, ¿verdad?)
ResponderEliminarBss
Pues el que busca es la persona a la que le escribía el corazón. Ya la persona que se la imagine cada uno la que quiera, jejeje.
EliminarUn besillo.
Tanta historia en las más pequeñas cosas. El poder un corazón, aunque sea de grafito. Bello micro!!!
ResponderEliminarComo tú bien dices, aunque sea de grafito...
EliminarUn besillo.
muy buen micro lleno de sentimiento. un beso. TERESA.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro de que te haya gustado Teresa.
EliminarUn besillo.
Muy cierto. Cuando uno busca algo que se le extravía, en el fondo, lo que quiere, es encontrarse consigo mismo. Su historia, su biografía, su paso por este mundo.
ResponderEliminarMás saludos!
Una buena forma de verlo. Es curioso como cambia la perspectiva de la misma historia en cada lector.
EliminarUn besillo.
Los objetos de los que nos dejan nos permiten mantener esa conexión, el micro es duro al imaginar a esa madre que ha perdido a su hija, de manera literal o figurada, y la busca en ese lápiz. Me ha recordado el inicio de El Aleph de Borges, cuando el protagonista sentía esa "rabia" por que los anuncios, los carteles de la ciudad cambiaban pero ella no estaba para verlo. Bueno, lo dejo que ya divago. Muy buen micro. Saludos!!!
ResponderEliminarComo decía antes, la perspectiva del mismo texto dependiendo de quien la lee es muy diferente. Yo lo había escrito como una pareja, pero también como madre e hija se puede leer, no me había dado cuenta.
EliminarUn abrazo.
Un buen micro para pocas palabras. Un abrazo Maria
ResponderEliminarMuchas gracias guapa.
EliminarMe alegro de que te haya gustado.
Un besillo.
Pues sí, estoy de acuerdo con los demás, demuestras una sensibilidad especial para ver en esos pequeños detalles, todo ese sentimiento que a veces nos embarga sin que sepamos siguiera expresar. Se te dan muy bien los micros y eres capaz de condensar, no sólo una historia en muy pocas palabras, sino mucho más, aquello que nos toca en lo profundo. Muy bien María, te felicito.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias, me otorgas demasiado creo yo, jejeje.
EliminarPero se agradece, me encanta que os llegue tan hondo.
Un besillo.