La cama
se me queda grande, doy vueltas y vueltas, me enredo en las sábanas que me abrazan
entre el calor del verano y el helor de la madrugada. Decido levantarme y andar
cual zombi por mi casa a oscuras.
La
cabeza gira y gira cual noria, encontrando ideas nuevas en cada vagón. Mi
estómago va al compás, se revoluciona al pensar en todo lo que aún no he
arreglado, en lo que no tiene arreglo, en mil historias que ahora importan y
dentro de un año solo serán un mero recuerdo ¿o no?
Aun así
navego por el mar del insomnio sabiendo que lo mejor es volver a la cama en
busca de Morfeo, ese ser invisible al que ahora llamo con ansia y no escucha
mis quejidos. Parece que tendrá mucho trabajo, hoy en día demasiados problemas
invaden las cabezas de la gente.
Lo que
creía perenne, la piedra inamovible, esa certeza que siempre estaría ahí, se
desmorona, se tambalea, corre el peligro de desaparecer, y me desestabiliza de
tal manera que jamás creía posible que pasaría.
Y me
agarro a mis tablas de salvación, esas que me necesitan, que me salvan del día
a día, que me devuelven a la vida con solo una mirada. Me aferro con fuerzas
para poder seguir sin ahogarme.
Todavía
sigo dando vueltas por la casa a oscuras, en silencio, con el único
acompañamiento de la luz de las farolas que entran de la calle. Decido volver a
esa inmensidad de sábanas vacías, cierro los ojos y espero. A lo mejor así
Morfeo me escucha.
Noches donde lo único que quieres es que Morfeo te rescate y paralice durante un rato a esa cabeza que no cesa de dar vueltas... Buen micro, María
ResponderEliminarA mí me da que es Morfeo el que a veces se queda frito y pasa de los demás jeje ;)
Besos enormes y feliz semana!!!
Puede ser, él el dueño del sueño, al final cae en sus propias redes.
EliminarUn besillo.
A mí Morfeo me tiene muy abandonada por lo que he decidido pasar de él. Como no me hace caso, me pongo a leer y tampoco le hago caso a él y cuando ya le echo mucho de menos, le ayudo con unas gotitas de melatonina (o media dormidina que dicen que es menos natural, pero ayuda...)
ResponderEliminarUn relato muy ilustrativo.
Un beso.
Jijiji, la verdad es que Morfeo tiene mucho trabajo, sobre todo en verano y más cuando uno tiene problemas que no le dejan descansar del todo.
EliminarUna ayuda nunca viene mal.
Un besillo.
Cuando Morfeo no está es mejor que te sientes a leer y quizás llames a Morfeo y llegue. Las noches de insomnio son malas para el cerebro, aunque ha veces te pones a escribir y sales relatos como este. Un abrazo
ResponderEliminarSi, es mejor entretenerte con otras cosas, la escritura o la lectura te vienen bien para entretenerlo.
EliminarUn besillo.
Creo que el calor tiene que ver con que el Morfeo de marras se coja vacaciones y nos deje a más de uno a la luna de Valencia.
ResponderEliminarEs insufrible el no poder cohabitar en la cama con dicho dios menor.
Besos
La verdad es que si, que él también tiene derecho a unas vacaciones, y si son pagadas mejor, para que vuelve de mejor humor, jejejeje.
EliminarUn besillo.
Qué tedioso y desesperante puede ser el insomnio... Tú lo describes muy bien, abundando en esos detalles que a la luz nos parecen salvables o incluso nimios y que de noche nos aplastan sin piedad. Qué cruel puede ser a veces Morfeo...
ResponderEliminarMuy bueno, espero que sea solo inspiración literaria y no hechos reales :)
¡Besillos, María!
Bueno a veces la ficción se mezcla con la realidad, aunque sean solo segundos. Lo importante es que la realidad perdure.
EliminarUn besillo.
Qué bien lo describes!!!! Yo llevo año y medio durmiendo fatal y es tal cual lo cuentas. últimamente me he rendido y leo o veo algo hasta que logro dormir.
ResponderEliminarUn besín.
Está claro que es algo que abunda por la blogosfera, el no dormir es algo que tenemos en común.
EliminarUn besillo.
Muy buen micro, María! Me ha encantado. Suelo tener esos problemas con Morpeho, aunque al mismo tiempo me sentía con la cabeza tan hinchada de cosas que ni siquiera podía deleitarme con una buena lectura. Cogía un libro y pumba!, no podía leer porque me saturaba. A día de hoy, Morfeo sigue igual de prófugo conmigo. Aunque parece que el orden se va imponiendo en mi cabeza, y ya puedo leer hasta libros, jeje ; )
ResponderEliminarBueno eso es lo importante, que aunque él no aparezca, si lo haga el orden en nuestra cabeza.
EliminarUN besillo.
Desde mi punto de vista personal, pienso que tantas horas delante de estas pantallas tienen mucho que ver con este problema y lo digo por propia experiencia. Hay que intentar seguir una rutina o nuestro reloj biológico, que suele avisarnos del sueño pero no lo escuchamos al estar embebidos en nuestros pensamientos.
ResponderEliminarMe gustó como recreas estas sensaciones de desasosiego y vértigo que produce el insomnio.
Un beso.
La verdad es que tantas horas delante de un ordenador o de las mil pantallas que tenemos por casa, no son buenas.
EliminarUn besillo.
Pocas cosas más angustiosas que el insomnio. Creo que rozamos la locura cuando no podemos conciliar el sueño.
ResponderEliminarTu texto me recordó al escritor cubano Virgilio Piñera, con su microrrelato "En el insomnio".
"El hombre se acuesta temprano. No puede conciliar el sueño. Da vueltas, como es lógico, en la cama. Se enreda entre las sábanas. Enciende un cigarrillo. Lee un poco. Vuelve a apagar la luz. Pero no puede dormir. A las tres de la madrugada se levanta. Despierta al amigo de al lado y le confía que no puede dormir. Le pide consejo. El amigo le aconseja que haga un pequeño paseo a fin de cansarse un poco. Que enseguida tome una taza de tila y que apague la luz. Hace todo esto pero no logra dormir. Se vuelve a levantar. Esta vez acude al médico. Como siempre sucede, el médico habla mucho pero el hombre no se duerme. A las seis de la mañana carga un revólver y se levanta la tapa de los sesos. El hombre esta muerto pero no ha podido quedarse dormido. El insomnio es una cosa muy persistente".
Más saludos!
Muy fuerte el micro, me ha gustado, es contundente.
EliminarLa falta de sueño es muy mala.
Un besillo.
Implorar a Morfeo que nos acoja en su seno es una guerra perdida. Cuanto más lo buscas, más se esconde. Lo mejor es darle la espalda, leer un buen libro y esperar que el solito venga a reclamarnos. Un texto muy descriptivo y bien escrito. Saludos
ResponderEliminarSI es una buena solución, y sino vienes, te terminas el libro y ya está.
EliminarUn besillo.
Eso mismo me pasa a mí el último día de vacaciones. Siempre, siempre, es una noche en vela. Será por las ganas con las que cojo el trabajo, je, jee
ResponderEliminarBueno, bromas aparte, me ha encantado tu micro María. Y además, he aprendido algo: nunca había visto escrita u oído la palabra "helor" ¡Te lo juro! Yo hubiera puesto simplemente "el frío de la madrugada" Muchas gracias por traer una nueva entrada a mi vocabulario. ¡Me lo apunto!
Besos enormes
Jijiji esa palabra la uso a menudo. Será por la zona donde vivo... no sé. Algún día crearé una sección con palabras por ciudades, en la carrera hice un trabajo con palabras almerienses, y existen un montón... Seguroq eu en cada ciudad hay las suyas.
EliminarUn besillo.
Ah! Morfeo que es tan cruel a veces al no acogernos! A mi me toma por cortas horas, no soy de su agrado.
ResponderEliminarQue gran Micro Maria, trasmites todo ese tedio y fastidio, el mareo, hasta el malestar de panza de esas noches de insomnio. Genial como siempre, escritora mamá!! 😘
Muchas gracias guapa. Siento que Morfeo no pase siempre por tu puerta. Pero bueno así puedes aprovechar la noche para atraer a los fantasmas, jijiji.
EliminarUn besillo.
Una noche agitada, en busca de una sombra que le haga caer en el profundo mundo de los sueños... Quizás cuando deje de buscar, hallará la paz que necesita para dormirse plácidamente.
ResponderEliminarUn placer dejarme caer por aquí de nuevo, en las acolchadas palabras de mi hermana de letras.
¡Abrazo, María! ;)
Hola de nuevo Hermano de Letras. ¡Cuánto tiempo! Espero poder disfrutar de tus letras de nuevo.
EliminarMe alegro de que hayas disfrutado de estas letras escritas en la oscuridad de la noche.
Un besillo.