Y las azules, las
del abuelo. Con ellas nos perseguía sin darnos tregua. Nosotros intentábamos
huir lo más rápido que nos dejaban nuestros pequeños intentos. Pero al final me
alcanzó a mí.
Con una sonrisa escalofriante y con su arma en la mano me mató con saña. Lo único que salió de su boca fue:
Con una sonrisa escalofriante y con su arma en la mano me mató con saña. Lo único que salió de su boca fue:
- A casita, y yo,
me cuento veinte.
Me encanta, María! Al principio no entendía lo de los azules pero cuando caí del guindo lo que me he reído! Precioso!
ResponderEliminarMuchas gracias Paola. Me alegro haberte hecho reír, era lo que pretendía. Un besillo.
Eliminar¡Genial microrelato de terrorrrrr!
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias Francisco. Un abrazo.
EliminarEntrañable micro. Una partidita al parchís con el abuelo... Cuidado que se las sabe todas. Muy bueno.
ResponderEliminarAbrazo, Compi. ;)
Es que los abuelos llevan ya una ventaja de toda una vida ya vivida. Un abrazo Compi.
EliminarUn asesinato al parchís, me encanta!! jajajajaja. Muy ocurrente, María :)
ResponderEliminarUn beso grande!!
Muchas gracias Julia. Los abuelillos es que son muy listos. Un besillo.
EliminarConfieso que no entendí el relato a la primera lectura así que tuve que volverlo a ver.
ResponderEliminarBastante ingenioso ja ja ja
Saludos.
Muchas gracias Felipe. Me alegro de que lo hayas entendido al final. Un besillo.
EliminarMe encanta, pero mucho, mucho, mucho!!!! Y lo digo de verdad, no por compromiso, me ha encantado. Es que en poquísimas palabras has hecho una historia, y con lo que nos gusta en asa el parchís!!!! Un beso.
ResponderEliminarA mi también me encanta el parchís. No podía usar más de 100 palabras. Me encantan este tipo de retos. Un besillo.
EliminarMe dejaste una sonrisa agradable en el rostro con es tierno final. Me encantó. Un abrazo, María.
ResponderEliminarMe alegra el haberte causado esa sensación. Es lo que pretendía. Un abrazo Ricardo.
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