- ¿Qué harías si
fuera la última noche de vida en la Tierra?
- ¿Qué haría? No
lo sé. Supongo que lo pasaría con todos mis seres queridos, despidiéndonos, y dándole
todos los besos del mundo. Les diría que les quiero y pasaría mis últimos momentos
con ellos. ¿Y tú?
- Yo montaría una
fiesta, sería una fiesta libre, con todas las personas que quisieran entrar, y
haría el amor con la persona que quisiera, tranquilamente, sin prisas, o a lo
mejor, rápido, con pasión, no lo sé. Lo que sí sé es que lo haría por última
vez, me emborracharía por última vez, y reiría todo lo que pudiera, todo lo que
pudiera y más. Reír, si eso es lo que más haría.
- Que pena que no
lo hubiéramos sabido antes ¿no crees?
- Si, una pena.
Los dos hombres
flotaban por el espacio, mientras miraban como una bola de fuego lo envolvía
todo con su luz.
Cómo suele suceder, menos es más, sencillo y fantástico relato, bravo María! Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Edgar, me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.
Eliminar¡Qué sensación más extraña! ¡Aiiix! Me los imagino contemplando el Fin sin poder hacer nada y se me queda el cuerpo con un "no se qué..." u.u
ResponderEliminarBreve, pero con su cosita apocalíptica que te queda pensando...
¡Besines! ;)
Me alegro haberte hecho sentir un "no se qué..." jejeje. Un besillo guapa.
EliminarMuy buen micro, María. Deja mucho en que pensar. Genial.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Federico. Me alegra que te haya hecho pensar. Un abrazo.
EliminarInteresante el último deseo de ambos e impactante ese final.
ResponderEliminarSaludos, María.
Muchas gracias Ricardo, supongo que sus deseos serán compartidos por muchos. Un abrazo.
EliminarBrutal María, el final es inesperadísimo. Me ha encantado, un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Ana. Me alegro de que te haya encantado.
EliminarLo triste es que dejamos todo para después, y ese no llega.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo.
Si, ese es el problema. No hay que dejar nada para luego. Un abrazo Lucía.
EliminarMuy bonito, María. En pocas palabras está todo dicho!
ResponderEliminarMuchas gracias Paola.
EliminarMuy bueno María. Si lo hubieran sabido anetes... Pero las cosas suelen ocurrir como en tu relato, sin pensar, sin avisar y como una sorpresa. Cuántas veces habré dicho eso de: si lo hubiera sabido... Un abrazote guapa. Me ha encantado, como todo lo que escribes.
ResponderEliminarSí, las cosas suceden sin avisar. Lo mejor es que hagamos todo lo que queramos , sin pensar, ya lo haré mañana. Pero supongo que en el ser humano es difícil. Me alegro de que te haya gustado. Un besillo.
EliminarDemasiado tarde, el mundo ya se ha ido y ya no hay tiempo para reir. Gran relato María, con ese final donde cambias el punto de vista del lector. Saludos.
ResponderEliminarQue pena que ya o haya tiempo para reír, es lo mejor de la vida. Muchas gracias Jorge. Un saludo.
EliminarEstupendo, sencillo y fantástico final. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias Angela por pasarte y por tu comentario. Un saludo.
EliminarSaludos, buen relato y muy reflexivo con ese inesperado final. Éxitos!
ResponderEliminarMuchas gracias Mery, me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.
Eliminarjeje, tiene un punto irónico muy bueno María, me gusta, un saludo!!
ResponderEliminarMuchas gracias Sonia. Me alegro de que te guste. Un abrazo.
EliminarCreo que yo también me emborracharía, drogaría y cruzo los dedos para que alguna mujer accediese hacer el amor conmigo, gran relato un abrazo
ResponderEliminarMe has hecho reír. Espero que no haya que llegar al fin del mundo para conseguir esas coas que queramos. Hazlas antes de que llegue. Un abrazo.
EliminarMaría me encanta!! Las dos últimas frases del diálogo, cuando ven que es una pena, me parecen hasta graciosas, me gusta como quedan. Al menos a mi forma de verlo.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Muchas gracias. Me alegro de que te guste Agustin. Es darle un poco de humor a la vida. Un abrazo.
Eliminar